¿Cómo es el polvo generado por las explotaciones de áridos?
En las explotaciones mineras, y especialmente en las de áridos, se genera polvo durante las operaciones, desde la extracción hasta el transporte, el tratamiento y la expedición de los materiales.
Controlar este polvo es una obligación legal por razones de seguridad y medioambientales, y también aporta beneficios a las operaciones. El beneficio más importante es la reducción del riesgo de enfermedades respiratorias para los trabajadores, pero también disminuye el impacto sobre el medio ambiente, aumenta la vida útil de las instalaciones y los equipos de trabajo y contribuye a mejorar la imagen de la empresa en la comunidad.
La necesidad de controlar las emisiones de polvo están reguladas por la Directiva 2008/50/CE establece un valor límite de 40μg/m3 como media anual para partículas de diámetro inferior o igual a 10μm y además el valor límite diario de 50μg/m3 no podrá superarse más de 35 veces al año para partículas de ese tamaño. Pero, ¿de qué tamaño es y cómo puede afectar?
Una micra (μ) es la milésima parte de un milímetro o la millonésima parte de un metro.
Las partículas de 10μm forman lo que se denomina «polvo medio». Son partículas que no se ven a simple vista (aunque sí su acumulación) y su peligro es que pueden llegar a los alvéolos pulmonares.
Cuando su tamaño es inferior a 7μm, se denominan «polvo fino» y son aún más difíciles de detectar y más peligrosos, ya que permanecen más tiempo en suspensión.
Con un tamaño superior a 10μm se denomina «polvo grueso» y las partículas son detectables a simple vista. Debido a su mayor peso y tamaño, se asientan más rápidamente y presentan menos riesgo para la salud, ya que son retenidos en mayor medida por los cilios y la mucosa.